La Ronda #7
Y llegó la Navidad.
En La Ronda correspondiente al mes de diciembre nos propone el amigo Max de Filósofo Cervecero hablar sobre las cervezas que se consumirán en estas Navidades con motivo de la cena de Nochebuena o la comida del día siguiente.
Antes de nada pedir disculpas a Cotoya por coincidir el día de publicación con el post que acaba de colgar sobre la quedada cervecera de Salamanca, pero el último viernes del mes es hoy y no me queda más remedio.
Si otros años ya tenía decidido de antemano y con bastante antelación qué cervezas estarían en mi mesa la noche del 24, este año decidí esperar a última hora para elegirlas, en función de lo que me apeteciese en el momento.
A las 22.00 en el Lúpulo Feroz conseguimos que los últimos parroquianos se fueran a sus casas a aguantar a suegras, cuñadas y demás familia y con ayuda de Galguera, que estaba aún allí, un poco fuera de horario, me puse a elegir.
Diego empeñado en emborracharme con graduaciones impensables para alguien que a las 00 30 tendría que volver a abrir el bar, o con botellas de 3/4 que me encharcarían en poco tiempo (cierto es que a esa hora llevaría dos litros de Kozel entre pecho y espalda).
Quería una para mientras preparaba el chuleton de ternera asturiana y calentaba la sopa de marisco cortesía de Mamá Dalton. Y mirando las neveras dudé entre una Konick Blonde o una Palm. Me decidí por la segunda.
Para la cena propiamente dicha, no tuve dudas. Una Orval era justo lo que necesitaba.
Después de cenar vuelta al trabajo y unas cuantas pintas de Kozel hasta el café del desayuno a las 05.00